Avanza el Plan de Justicia del Pueblo Ralámuli, con la mesa de gobernanza indígena y acceso a la justicia del Estado

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Este martes 8 de agosto, en el Salón del Consejo Municipal de la ciudad de Guachochi, tuvo lugar una reunión más en el marco del Plan de Justicia del Pueblo Ralámuli, en donde el tema principal fue el de la gobernanza indígena y el acceso a la justicia del estado.


En presencia de 42 autoridades tradicionales y representaciones indígenas Ódami y Ralámuli, se dio comienzo con los trabajos previos del día martes, para exponer, dialogar y reflexionar acerca de cómo se organiza la vida comunitaria, cómo se toman las decisiones comunitarias, cómo se nombran a los representantes, si son fuertes los gobiernos o no, cuáles son los problemas que se presentan, qué se hace para fortalecerlos, como se resuelven los conflictos, cómo se da la impartición de justicia comunitaria, qué importancia tiene la tisora y el nawésali, conocen quiénes imparten justicia, qué tipos de demandas se presentan ante los impartidores de justicia, qué obstáculos han enfrentado para acceder a la justicia del estado.


La propuesta de trabajo de los días 8 y 9 de agosto del año en curso, para desarrollar las reflexiones en torno a la gobernanza indígena y acceso a la justicia del estado. Se dividió la reunión en cuatro mesas. Una exclusiva para el pueblo ódami y otras tres para la comunidad ralámuli, con el objetivo de reflexionar acerca de inquietudes acerca de cómo es la impartición de justicia, entre otros temas sugerentes.


Al final, durante la jornada del día 9 de agosto, se compartirá en reunión plenaria todas esas impresiones y opiniones, con el objetivo de que se integre una exposición representativa de las autoridades tradicionales, hacia la representación del poder judicial del Estado y su Fiscalía General del Estado, la defensoría pública, la Comisión Estatal de Derechos Humanos y la Coordinación de ministerios públicos.


En una primera instancia, las autoridades tradicionales o iseríkames de Mogotavo de Urique, Luis González Rivas; de Guachochi, Hortencia Palma Palma y de Mesa de Guitayvo, María Rafaela Ramírez; fueron quienes dieron la bienvenida a las más de 40 representaciones tradicionales provenientes de las diversas zonas ralámuli y ódami en la Sierra Tarahumara, coincidiendo en la importancia que reviste el fortalecimiento de la gobernanza indígena, a través de los trabajos que desde hace tiempo se realizan, en el marco del Plan de Justicia del Pueblo Ralámuli.


Acto seguido, el titular de la oficina de representación del INPI en Chihuahua, Nicolás Víctor Martínez Juárez, impulsó la reflexión en torno a la importancia de la Tisora o el Bastón de Mando, el cual las representaciones tradicionales presentes, coincidieron en que es un elemento que se está perdiendo en diversas comunidades y con ello también la manera en la que se conforma el gobierno tradicional. En este sentido, solicitó a los Iseríkame que sean ellos y ellas quienes le digan al Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, la manera en la que se puede colaborar para fortalecer los gobiernos tradicionales.


A manera de contexto, comenzó su intervención con esta reflexión:


“El primer gobernador


     “Un día muchos tarahumares se juntaron y dijeron: “Alguien tiene que pastorear a la gente”. “Es cierto”, contestaron los demás, “alguien tiene que pastorear a la gente”. Volvieron a decir: “Alguien tiene que estar al frente de todos para escucharnos, para ayudar a la gente, para que todos nos pongamos de acuerdo”. “Sí”, contestaron los demás, “alguien tiene que estar al frente de todos”.


    Entonces hicieron que todos bajaran desde sus casas al valle, se juntaron y se pusieron de acuerdo para hacer pasar al frente a uno de los que estaban allí. Así nombraron a un primer gobernador. Le pusieron por nombre Tepósi.


     Tepósi era un tarahumar como cualquier otro. Los tarahumaras lo llamaron y le dijeron: “adelántate, ponte al frente, párate delante de todos los tarahumaras”. También le dijeron: “Oye bien lo que la gente te quiere decir, escúchanos siempre cuando queramos hablar”. También le dijeron: “Llama a la gente cuando haya que juntarla para arreglar asuntos; danos consejos para obrar bien”. También le dijeron: “Arregla las cosas de los tarahumaras, no dejes que la gente obre mal”. Y le dijeron: “Organiza las fiestas, enseña la palabra de los antiguos, no dejes que se pierda la palabra de los antiguos”.


     Y se dice que ese hombre llamado Tepósi fue el primer gobernador de los tarahumaras.”


En su intervención, el Presidente Municipal de Guachochi, José Miguel Yáñez, expresó a los y las presentes que deben tener la confianza en el respaldo de la administración que representa, desde donde se ha impulsado la cultura Ralámuli, con el objetivo de que las tradiciones y la estructura de gobierno que se tiene en las comunidades, se conserve intacta y más aún, se fortalezca con la colaboración respetuosa y cercana de las autoridades de cada nivel y representación del gobierno.


En cada mesa se responden las preguntas generadoras como las anteriormente expuestas, en la búsqueda de un mejor entendimiento entre el sistema judicial y la costumbre en las comunidades indígenas, ante un desconocimiento que requiere de la construcción de compromisos de saberse escuchar y saber cómo fortalecer los gobiernos tradicionales y su interacción con el mencionado sistema.


Ya al interior de las mesas de trabajo, fueron diversas las posturas y los comentarios, donde uno de los principales se centra en la intervención de presidencias municipales que imponen a las autoridades tradicionales en las comunidades indígenas; cuando se sabe que es la propia comunidad la que decide la conformación de sus respectivos cuerpos de gobierno. Por tal motivo, un aspecto importante es que se logre motivar a las comunidades a acudir a las asambleas y apoyar la estructura de gobierno indígena, pues es allí donde se resuelven todos los conflictos comunitarios, a través del consejo; mientras que los de mayor gravedad se atienden en instancias municipales, estatales, federales y judiciales. 


Otro punto trascendental es la conservación del nawésari, desde el propio núcleo familiar (desde la niñez) para robustecer los valores y la unión familiar y a la vez comunitaria, desde los conceptos universales del respeto, responsabilidad y participación.


Un punto de partida, es la conformación del cuerpo de gobierno indígena, el cual se integra por el siríame, capitanes, mayoras y soldados; que en buena parte tienen una duración de tres años en el cargo –recientemente-. Esas autoridades tradicionales son nombradas en asamblea, donde obtienen el cargo aquellos que logran mayor número de personas formadas en fila, tras de ellos o ellas; mientras que el resto quedan con cargos subsecuentes en la citada estructura.


Sin embargo, es un hecho que la figura de los cuerpos de gobierno se han visto debilitados por distintas problemáticas, como el despojo de tierras y territorios, el alcoholismo, drogadicción, migración laboral, divisiones políticas, crimen organizado y las distintas religiones que se profesan.


También para resolver conflictos, las autoridades  tradicionales reúnen a la comunidad, para llegar a acuerdos en conjunto, también se imponen multas, sanciones y trabajo comunitario; con el objetivo de resolver en esa primera instancia, pero si no es posible, entonces se procede con el municipio, como autoridad más cercana a la población. Sin embargo, aquí, otro problema que debe lidiarse es el que los jóvenes no muestran respeto por las formas de impartir justicia, desde la propia comunidad y por ende son los que más la trastocan.


En el caso de la cultura Ódami, la organización de gobierno se conforma por el moyi, káigi, pixkalhi, maldhuma y suplentes de cada figura. Además, seis ayudantes o sonorrï, veinticuatro sandarru o soldados, ocho oidhigi dudukami, dos kapitañi y cuatro sonorri pixkarhi. Este cuerpo de gobierno toma decisiones en conjunto, tanto autoridades como personas que integran la comunidad, con reuniones mensuales o cada que haya necesidad. El cuerpo de gobierno, también es nombrado en asamblea en el centro de reunión, conocido como maixakarroano) y aquí, las personas nombradas deben ser de respeto y de amplio conocimiento de la cultura, el idioma, las celebraciones y sobre todo que sepa transmitir los consejos; según las constumbres dejadas por los antepasados.


Dentro de los problemas que aquejan a la comunidad ódami, es que las personas que vienen de fuera no respetan a las autoridades y se exige el respeto que la comunidad ódami da al exterior. Por tal motivo, desde las primeras edades los niños reciben consejos de parte de quienes integran el gobierno tradicional. Para resolver conflictos, éstos se dirimen en reunión comunitaria y si se reincide, la autoridad responde con “chicotazos”, pero si continúa la falla se da parte a las autoridades municipales y así en escalada. Por tal razón es importante que se fortalezca y permanezca la costumbre del uxai y el consejo, pues desde ello se logra mayor respeto hacia la autoridad, que se encarga en cierta parte de transmitir la costumbre heredada y la organización comunitaria, mientras que en su conjunto la comunidad misma fortalece el idioma, la fiesta y los juegos y la convivencia.


Estos fueron algunos de los temas tratados por la representación tradicional indígena, reunida este martes 8 y miércoles 9 de agosto en Guachochi, Chihuahua. Reflexiones que en su totalidad, serán expuestas a dependencias como el Instituto Chihuahuense de la Mujer, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Estado de Chihuahua, la Defensoría Pública del Distrito Andrés del Rio, la Coordinación de Agentes del Ministerio Público, el Centro Penitenciario 8 de Guachochi con población total indígena, y la Comisión Nacional y Estatal de Derechos Humanos.


Por último, destaca que estuvieron presentes las siguientes autoridades y representaciones tradicionales: Lázaro Jiménez Meza (Chinatú), Guadalupe Tapia Valladares (Memelichi de Abajo), Claudia Álvarez Contreras (Yepáchi), Aidé Larguero Domínguez (Cieneguita de Ariseachi), Gloria Corredor Guerrero (Río Verde de Ariseachi), Julio Patricio Rocahuachi (Yokivo Rocahuachi), Matilde Nolasco Rojas (el Venadito), Patricia Gutiérrez Cruz (Las Trojas), Mauro Aguirre Cruz (Agua Zarca), Tomás Juanito Ramírez Villa (Basihuare), Norma Alicia Luna Aguirre (Guadalupe y Calvo), Arturo Gutiérrez Soto (Cordón de los Soto), Humberto Chaparro M. ( Ciénega de los Ayala), Fernando Castillo D. (Corralitos, Guachochi), Felipe Valencia Nevárez (Tatahuichi), Lidia Palma (Cumbre de Huerachi), Isabel Momaca Cruz (Huitosachi, Urique), Jesús Vega Quezada (Cuiteco), Braulio Isabel Palma G. (La Lajita, Morelos), Teodoro Vega Espinoza (San José de Turuachito), Prudencio Ramos (Choreachi, Guadalupe y Calvo), Tomás Ortega Guanapaña (Panalachi, Bocoyna), Laurencia Barraza Bota (Tres Hermanos, Balleza), Gregorio Aro Segura (Baquireachi, Balleza), Silvino Bustillos Yáñez (La Soledad), Mario Hernández Cruz (La Soledad), Francisco Carrillo Cruz (Cumbre de Huerachi), María Rafaela Ramírez (Mesa de Guitayvo), José Sánchez Merino (Cuiteco), Hortencia Palma Palma (Guachochi), Fortino Meza Espinoza (Turuachi, Guadalupe y Calvo), Armando Cruz Barraza (Mesa del Maguey, Balleza), Ángel Manchado Ramos (Choreachi, Guadalupe y Calvo), Santo Rey Fierro González (Sacramento, Bocoyna), José Quirino Batista Nava (Cusárare, Guachochi), Luis González Rivas (Mogotavo, Urique), Paulino Chaparro Valencia (Baborigame, Guadalupe y Calvo), José Crescencio Bustillos Gardea (Pahuírachi, Ciénega de Norogachi), Cecilio González Cruz (Tuceros), José Fidencio Espino Romero (Norogachi) y José Valencio Hernández Bustillos (Pawichíque, Guachochi).

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